domingo, 20 de noviembre de 2011

De las manos de Dios a mis brazos, a través de ti.



Hay una canción que se titula “From Gods Hands to My Arms to Yours”, la primera vez que la escuche me conmovió infinitamente pues tengo la enorme bendición de estar en el lado de quien recibió una vida en sus manos para abrazarla, amarla, protegerla y ganarme entre amor y regaños, entre noches en vela vigilando alguna enfermedad y salidas al parque o al cine, el privilegio de ser llamada MAMA.
Pero en algún lugar se quedó alguien más en la que no suelo pensar mucho y cuya decisión es el motivo principal de que yo hoy pueda celebrar...
“Si con el pensamiento pudiera decirte algo tendría que empezar confesándote que la mayoría de las veces me olvido de que existes, creo que eso pasa porque hice de quien pusiste en mis brazos algo más mío que lo que verdaderamente me pertenece.
Cuando te recuerdo me pregunto si piensas en esa persona de la que te tuviste que apartar, no sé si con dolor o no, pero haya sido como haya sido, tu entrega o sacrificio, como sea apropiado llamarle, significo una enorme bendición para mí.
Y es que a pesar de que yo no le di la vida al nacer, se la doy cada día y lo que yo recibo es aún mucho mejor. De esta historia yo soy la parte feliz, la que gana, que se queda con sus risas, sus llantos, la que guarda el recuerdo de su primer día de escuela, sus primeras palabras, sus logros de cada día, la que goza de la magia de curar con un beso sus caídas. Tal vez tu estas del otro lado, pero aun así debes estar en paz.
Si alguna vez te inquietan tus dudas y remordimientos, quisiera decirte que no pasa nada, que debes estar en calma, que es feliz y lo importante no le falta, que así estaba planeado por Dios y debes estar tranquila, porque no solo diste una vida, nos la diste a todos lo que con su luz nos tocó. Por haber tomado la decisión correcta, solo te puedo estar agradecida, lo demás dependerá de mí”.

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